Las moscas
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisionesuse
del vicio que los domina.
(Féliz Mª de Samaniego)
La verdad es que esta fábula de Samaniego nos ha dado para mucho a los alumnos de 1º de ESO. Todos estamos rodeados de “rica miel” y de “golosinas”. Nos podemos dejar llevar o influenciar por muchas cosas que no nos convienen. ¿Cuál es la mejor “golosina”, la más preciada entre nosotros? ¿Sabéis cuál? La más “popular” resultó ser el móvil. El móvil, sí; al parecer, es el causante de muchos casos de dejadez, pereza para ponerse a trabajar, pérdida de tiempo…
Pero en este caso, en esta clase –además- literalmente nos cuestionamos sobre cuál era nuestra “gominola” favorita: fresas, coca colas, regaliz, ladrillos…
Cada uno de nosotros buscó la manera de presentar su gominola favorita, usando la creatividad. Nuestro reto: CREAR UN MUSEO DE LA GOMINOLA, donde cada una tuviera su espacio y su protagonismo.
Así que… manos a la obra, cada uno trajo a clase su gominola convertida en auténtica pieza de museo y, al lado de la misma -cuidadosamente elaborado- un cartel con el nombre de la pieza de arte y la descripción de su composición y otras interesantes características.
El día de la inauguración, los creadores del museo lo celebraron compartiendo -faltaría más- unas deliciosas “chuches”.
Aun en medio de las tareas finales, ensayos para el festival de Navidad, etc., algunos compañeros del colegio visitaron con sus profesores el “Museo de la gominola” instalado en la clase de 1º de ESO. Fueron dos intensas mañanas de apertura al público, en las que cada alumno se convirtió en un magnífico guía para los visitantes.